Una mirada a la salud de los uruguayos y las uruguayas en el largo plazo
En diciembre de 2019 se culminó un trabajo conjunto entre técnicos de la Direccion de Planificación de la OPP, de OPS/OMS y UNFPA para profundizar en aspectos prospectivos de la situación de salud de la población del Uruguay y su impacto en el sistema de salud uruguayo al 2050.
La transición demográfica y la transición epidemiológica que ha caracterizado la salud global del siglo XX tienen claras consecuencias sobre la salud de la población y la sostenibilidad del sistema de salud en el largo plazo, tanto en términos de modelo asistencial, desafíos para la rectoría del sector salud, y de su financiamiento. El escenario sanitario a 2050 muestra que el perfil epidemiológico de la población se habrá modificado, pero las enfermedades no transmisibles (ENT), al aumentar el peso relativo de las personas mayores en la población total, tendrán un incremento en su incidencia y prevalencia (cáncer, enfermedades del aparato circulatorio, enfermedades cerebrovasculares y las enfermedades renales crónicas).
En cuanto a las enfermedades transmisibles la aparición de vectores vinculada con cambios climáticos y ambientales, así como los cambios culturales, condicionan el surgimiento de nuevas enfermedades y el incremento de algunas enfermedades olvidadas, reemergentes, tanto en humanos como en animales: leishmaniasis, dengue, sífilis y tuberculosis, existiendo el riesgo de aparición en el país de zika, chikunguña, entre otras.
Para un envejecimiento saludable que anticipe y haga frente a estas tendencias, se destacan tres factores a considerar de manera prioritaria: los determinantes socioculturales de la salud (cinco grandes determinantes sociales de las ENT: alimentación inadecuada, sedentarismo, tabaquismo, consumo nocivo de alcohol y contaminación ambiental); el desarrollo en la primera infancia y la adolescencia (abordando aspectos como el bajo peso al nacer, prematurez, desnutrición crónica, retraso de talla en relación con la edad, problemas de desarrollo y anemia, muy asociados a situaciones de pobreza e indigencia), y la transformación del modelo de atención (adecuación territorial del sistema de salud, mayor capacidad resolutiva del primer nivel de atención apoyada en el uso racional de tecnologías, énfasis en la integralidad de la atención fortaleciendo tanto la promoción de salud como la rehabilitación, mayor participación y empoderamiento de los usuarios como colectivos y como personas, formación continua del personal de salud así como su distribución geográfica, fortalecimiento de la rectoría del MSP y consolidación del SNIS).
La sistematización de estos aspectos se encuentra en Una mirada a la salud de los uruguayos y las uruguayas en el largo plazo, como contribución a la definición y ejecución de políticas publicas en la materia.