Los migrantes miran Uruguay y su futuro
En el marco de nuestra campaña global UN75 consultamos a la comunidad migrante en Uruguay sobre sus sueños y esperanzas.
En agosto mantuvimos dos talleres con migrantes viviendo en Uruguay en el marco de nuestra campaña por el 75 aniversario de las Naciones Unidas. De esas enriquecedoras charlas surgieron las valoraciones, miedos y sueños de este grupo de personas que ven en el país la posibilidad cierta de progresar, pero siempre que se tengan en cuenta algunas particularidades.
Mayor acceso a empleo y estabilidad en lo laboral, cuidado de las condiciones de producción, una mayor integración regional y la participación efectiva de la ciudadanía en la toma de decisiones fueron algunos de los puntos abordados en estos talleres. Aquí un resumen de lo tratado:
En ambos talleres les consultamos: ¿Cómo les gustaría que fuera el mundo en 25 años, cuando Naciones Unidas cumpla 100 años? ¿Qué cosas deberían haber cambiado para alcanzar su mundo ideal?
Para Juan Martínez, a 25 años debería ser un hecho que no solo los estados sino también las Organizaciones que de alguna forma nos organizan, tengan medios efectivos para la participación ciudadana. No basta con que las Organizaciones Internacionales representen a los estados, sino que nosotros mismos, los pueblos del mundo, tenemos tanta injerencia en el sistema como cualquier estado o cualquier empresa.
Le encantaría que en 25 años la Asamblea General de la ONU fuera de carácter vinculante y desapareciera el veto al Consejo de Seguridad.
Diego Cabrita opina que hacia un futuro él apuntaría a una integración regional en bloques o mega bloques para dialogar de qué forma podemos hacer más global los derechos ciudadanos.
“Uno de los objetivos debería ser colectivizar los cuidados de las personas con mayores vulnerabilidades como son las personas mayores, niños, niñas, adolescentes, o personas con alguna condición”, dijo Andrea Vizacaíno.
Para Marilin Contreras aumentar la fuerza laboral sería importante, generar fuentes de empleo, empoderar a las personas para que puedan emprender.
Moirah Sanchez opina que hace mucha falta actualizar el tema del sistema de derechos humanos (protección) y la responsabilidad de los estados por violación de los derechos humanos.
“Sería interesante que las sociedades receptoras estén más abiertas al concepto de interculturalidad. No solo en cuestiones administrativas o de inclusión en los distintos ámbitos como el acceso a la salud o educación. Uruguay particularmente no presenta tantos desafíos con respecto a este punto, pero algunos países sí y quizás por miedo a la perdida de la identidad a veces accionan de forma poco inclusiva”, dijo Agustina Sánchez.
En Uruguay hay muy baja xenofobia y buenas políticas sociales, dijo Emily Rivas, aunque es complicado conseguir empleo. Piensa que debería existir una cultura antixenofóbica y para ello opina que se debe trabajar en la educación y en la empatía.
¿Vivir mejor o peor en 25 años? Depende de nosotros.
Ante la pregunta de cómo viviremos en 25 años los participantes coincidieron que dependerá de nosotros. Pero que, si las cosas no cambian, se observará el crecimiento de las desigualdades y eso es un problema, ya que las estas afectan el funcionamiento de la democracia y el acceso a participar activamente de los ámbitos de decisión.
Moirah Sanchez opinó sobre lo que acaba plantear José y en la misma línea de Juan sobre el conocimiento, cree que uno de los obstáculos más grandes para la democratización del conocimiento es la educación.
Juan Federico Martinez manifiestó su deseo de que en 25 años no se hable de “migrantes”, en el sentido de que el mundo es de todos. Pensar la migración desde la visión antropológica.
Para Magdalena Simone, las comunidades de migrantes estarán asentadas e integradas y que será una sociedad más mezclada y abierta. Apuesta al multiculturalismo y a la pluralidad.
Acciones concretas:
También hablamos de acciones concretas para alcanzar ese futuro deseado, y cómo Naciones Unidas puede ayudar en ese sentido.
Para Juan Martínez, las dos acciones concretas podrían ser el gobierno electrónico a nivel global y la segunda acción, la construcción de una cultura de la humanidad, esto es tomar todos los conocimientos que se tienen para hacerlos operar de forma armónica para concretar los propósitos que tenemos como humanidad.
Lixon Polo Salgado comentó que una acción sería ganar conciencia de los problemas que realmente nos afectan y buscar la manera pacífica de enfrentarlos.
Martín Rodriguez recomendó abrir las puertas para quienes tienen intención de estudiar. Solicitar apoyo en materia de educación, dar herramientas a los profesores, dar incentivo y motivación económica.
“La educación necesita continuar siendo gratuita en Uruguay y debería ser gratuita en todo el mundo”, agregó.
Por su parte, Pedro Arellan comentó que una acción que se podría construir, con respecto a los títulos universitarios, es que los mismos tengan un trámite administrativo más corto para su reválida. Comenta que entre el 30% y 40% de la migración venezolana que ha llegado a Uruguay y a otros países de Latinoamérica, tienen estudios universitarios.
“Sería una buena acción del gobierno, crear un convenio con las universidades que permita agilizar el acto administrativo, para homologar los títulos universitarios. Se podría aprovechar las capacidades técnicas y profesionales para cubrir los campos de trabajo en los cuales hay escasez de profesionales”, agregó.