Informe Anual de Resultados 2024
El año 2024 estuvo marcado por una creciente complejidad en el escenario internacional. Las reglas y normas que han guiado las relaciones entre países desde el fin de la Segunda Guerra Mundial se han visto cada vez más debilitadas. Las amenazas a la paz y la seguridad global, así como el desdén por el derecho internacional humanitario, han dejado de ser hechos excepcionales para convertirse en parte de una preocupante normalidad. A esto se suman desafíos ambientales, sanitarios y económicos que comprometen seriamente la posibilidad de alcanzar los ODS para 2030. Como advierte el Pacto para el Futuro, adoptado por la comunidad internacional en septiembre pasado: “Si no corregimos el rumbo, corremos el riesgo de encaminarnos hacia un futuro disfuncional, caracterizado por crisis constantes”.
En este contexto internacional poco favorable, Uruguay reafirmó su compromiso con el desarrollo sostenible, la equidad social y el fortalecimiento institucional. El ejemplar proceso electoral de 2024 es solo una de las múltiples expresiones de esta vocación. A lo largo del año, el sistema de las Naciones Unidas acompañó al país con una cooperación cercana, articulada y plenamente alineada con las prioridades nacionales.
Los logros alcanzados reflejan una madurez creciente en el trabajo entre las agencias del sistema de Naciones Unidas, el gobierno, la sociedad civil, la academia y el sector privado. Este informe da cuenta de muchos de esos esfuerzos, aunque me gustaría destacar algunos en particular.
Durante 2024 concluyó la primera fase de los Diálogos sobre el Futuro de Uruguay, una iniciativa liderada por el sistema de Naciones Unidas en estrecha colaboración con contrapartes nacionales. Estos diálogos abrieron espacios innovadores de participación intergeneracional, permitiendo que miles de voces —especialmente de jóvenes y mujeres— se sumaran a la construcción de una visión compartida del Uruguay del mañana. Las recomendaciones surgidas de este proceso, con un enfoque especial en la erradicación de la pobreza infantil, fueron presentadas a los candidatos presidenciales que participaron en las elecciones de octubre.
Además, el sistema de las Naciones Unidas en Uruguay acompañó diversas transformaciones clave: la sostenibilidad ambiental en los sectores público y privado, la mejora de la gobernanza en ciencia y tecnología, así como avances en salud, educación, seguridad e igualdad de género, y la segunda transición energética del país a través del Fondo REIF (https://reifuruguay.org.uy/). La mayoría de estos esfuerzos contribuyeron al fortalecimiento institucional y a la toma de decisiones basada en evidencia, con el firme propósito de no dejar a nadie atrás.
Mención especial merecen los avances institucionales en materia de migración y refugio, que permitirán mejorar la vida de miles de familias vulnerables en el futuro inmediato. En todo este trabajo, los derechos humanos fueron siempre nuestra guía fundamental.
De cara a 2025, se abre una oportunidad única para acelerar la implementación de los ODS con un enfoque centrado en las personas. Uruguay tiene el potencial de convertirse en un referente global en la construcción de sociedades pacíficas e inclusivas, tan necesarias en el mundo actual. El sistema de las Naciones Unidas trabajará de forma estrecha con las nuevas autoridades del país.
En nombre de las Naciones Unidas en Uruguay, quiero expresar nuestro más sincero agradecimiento a las instituciones y personas que han hecho posibles estos logros. Su compromiso, creatividad y vocación transformadora son el motor del desarrollo en el país.